lunes, 6 de abril de 2015

De la cocina al salón...

      Hoy quiero presentaros un mueble que encontré en un contenedor cerca de casa, una vieja alacena de cocina que calculo será de los años 50/60 y podemos encontrar en alguna casa de pueblo o quizá en la de vuestras abuelas.
     Que mejor forma de rendir homenaje a la pieza que transformarla y darle un sitio privilegiado en cualquier sala de estar.

Estado original del mueble. 
  
     En un principio no presentaba muchos desperfectos estructurales, pero mirado mas a fondo descubrí partes bastante deterioradas y que difícilmente pudieran servir.




      Tras la primera revisión descubrí al menos 4 capas de pintura diferentes,  levantada en la mayor parte del mueble, debido seguramente al tiempo que había estado a la intemperie.








  Las puertas en este caso son de madera aglomerada, por lo que no hubo forma de salvar nada debido a la hinchazón de éstas, y que simplemente con tocarlas se deshacían, las sujetaba un plástico vinílico que hacía de forro protector que al retirarse acabó destrozándolas.




  Para comenzar con la transformación retiré todos los herrajes, bisagras y demás objetos metálicos oxidados. En un principio decido prescindir de ellos debido al estado en el que se encuentran, pero como siempre me pasa a la hora de llegar al cubo de la basura me da un poco de pena y decido intentar salvarlos  para no quitar personalidad al mueble usando unos nuevos.


Proceso de recuperación de  las bisagras.

Bisagras y tiradores.
                                                                                                                              


    Con ayuda de una pequeña espátula  retiro toda las capas de pintura descubriendo el oxido que envuelve cada pieza. Tras este paso y con la ayuda de un trozo de lana de acero y vinagre caliente intento quitar todos los restos y dar brillo. (este paso aconsejo si alguien quiero probar que lo haga en un sitio abierto por el fuerte y desagradable olor que se desprende).  


       El siguiente paso es el lijado y preparado de toda la estructura, y la sustitución de la parte trasera del mueble, ya que es una fina chapa de madera de no mas de 0,15 cm que se resquebraja casi con mirarla.






      En un principio utilizo una espátula/rasqueta para quitar las capas y partes levantadas de pintura y termino el proceso con una pequeña lijadora eléctrica que la verdad facilita mucho el trabajo.

       

       Como se puede observar en la foto de la izquierda coloco unas pequeñas guías de madera en la parte de abajo del mueble, de unos 3 cm de altura y por todo el perímetro de la base para después colocar sobre las mismas un contrachapado que hará de base.






Disposición de la baldas.
      Con el mismo material corto la nueva trasera y le añado los separadores de marquetería de   1 cm de grosor en los que posteriormente de sujetaran las baldas. La del hueco central decido ponerla un poco mas alta ya que albergará solamente un pequeño TDT. 







     Una vez cortadas todas las piezas y comprobado que casan como si de un puzzle se tratara,  le doy a todo una capa de  tapa-poros para facilitarme el pintado.


Todas las piezas con una capa de Tapa-poros.
     
     Comenzamos con el proceso de pintado, en este caso he escogido una pintura acrílica al agua color negro mate para que no sea muy grande el contraste con el papel que he escogido para algunas partes del mueble.




  Al tratarse de un color oscuro la primera mano cubre bastante bien, por lo que una vez  seca (8h.) le aplico una segunda y listo.

       

      Toca ahora ponerse con las puertas, el material utilizado para hacerlas es marquetería de 1 cm como la utilizada para las baldas, llevan un pequeño dibujo en papel pintado. Para darle profundidad y un poco de relieve lo enmarco con un trozo de "bizcocho".


Intento poner el mismo dibujo con efecto espejo.
Detalle del marco.





       



        Nos ponemos ya con los últimos detalles, todo el hueco central irá forrado con el mismo papel de las puertas en tonos negros y grises, colocare unas patas cromadas a juego con los tiradores y bisagras de unos 15 cm de altura.






Antes de colocar la tapa trasera la pinto y empapelo, intentando centrar lo máximo posible el papel en el hueco central para que quede simétrico.





        Y aquí el resultado final, pongo dos imágenes en las cuales se diferencia los efectos que hace el papel escogido.  Espero os guste tanto o mas que a mi, porque estoy muy contento con el resultado y ha quedado realmente bien en el hueco que le he buscado.







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